jueves, 17 de enero de 2013

EL TENIS Y LA MENTE RELAJADA


 Relajar la mente y el cuerpo puede aliviar estrés, ansiedad o depresión, aspectos que en el tenis tenemos que tener bajo control ya que cualquiera de estos aspectos pueden ser nuestro peor rival en la pista.Que es relajarse.

Relajarse significa calmar la mente, el cuerpo o ambos. Relajarse puede tranquilizar la mente y puede hacerte sentir tranquilo y calmado. Cuando se relaja, el cuerpo también reacciona. Por ejemplo, es posible que los músculos estén menos tensos y más flexibles. Cuando el cuerpo está tranquilo, libre de tensiones innecesarias, puede trabajar mucho mejor y sin un grave dispendio de energía. La relajación es un estado de ausencia de tensiones. Antes de empezar un partido deberiamos relajar nuestra mente y para ello os propongo algunas tecnicas para hacerlo.

Una técnica muy conocida y efectiva para relajar todo nuestro cuerpo –y mente- es la relajación muscular progresiva, podrás practicarla acostado o sentado lo más cómodo posible en una silla de respaldo recto, con los pies ligeramente separados y las manos sobre el regazo.
Este será un tiempo dedicado a ti mismo: ponte ropa confortable y procura que nadie te moleste, destínale al menos 15 minutos. Puedes hacerlo durante el día cuando lo necesites o por las noches antes de irte a dormir.
-Cierra los ojos y concéntrate en cada parte del cuerpo. Primero comienza con los pies: ténsalos lo más que puedas –durante cinco segundos- y luego relájalos completamente. Ve concentrándote en esa sensación plácida y cálida que irás experimentando a lo largo de la relajación.
-Puedes seguir con las pantorrillas –lo que también incluirá a los pies, que quedarán de punta mientras tenses-. Luego continuarás subiendo, mantendrás apretados los muslos, las piernas, las nalgas y, llegarás al abdomen.
-Seguirás tensando ahora las manos, flexiona los brazos, encoge los hombros y luego mueve el mentón hacia arriba y hacia abajo.
-Por último, haz gestos, puedes abrir la boca lo más que puedas. Después, sólo relájate. Observa tu respiración, controla que proceda desde el diafragma.
Ahora, sólo disfruta de la relajación. Es necesario que, para lograr ese estado de calma y distensión, sigas los pasos de manera consciente, centrándote en lo que estás haciendo y no pensando en otra cosa. Allí reside el quid de la cuestión: en focalizar tu atención y así lograr calmar tu mente

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